Entre la razón y el sentimiento, la cautela y la pasión hay un espacio de duda por el que pasamos en un rápido balanceo. ¿Se puede alcanzar el equilibrio o en verdad no somos capaces de mantenernos alejados de los extremos? ¿Son malos esos extremos? Y, ¿hasta qué punto nos acercan o nos hacen perder aquello que anhelamos?
Reflexiones aparte, os dejo un vídeo que espero que os guste. Feliz final del invierno ;)
Jo, es de las cosas de cine español más bonitas y más raras qué he visto. Me ha gustado. Espero que todo te esté marchando genial. Besotes
ResponderEliminarMe ha gustado la reflexión.
ResponderEliminarDicen que es mejor columpiarse que quedarse simplemente sentado en el columpio. Dicen...
Hola bonica! ^^
ResponderEliminarGenial corto! Molts besets!
Hola guapa!! Qué guay que te haya gustado ^^ yo lo vi de pequeña y retuve el título para poder recuperarlo algún día :).
ResponderEliminarLas cosas van bastante bien, aunque si fuese un poco más aplicada todavía andarían mejor, jejeje. En general estoy resolviendo asuntos atrasados y no creo que tarde mucho en volver a la carga con el blog. Un besote enorme y gracias por pasarte!! Tengo ganas de volver a leerte! Muaks!!
Querdelf! Hola! Yo creo que hay que columpiarse para poder ver desde distintas perspectivas y no quedarse quieto sin más; y si una vez en lo más alto uno se anima a saltar entonces surgen cosas grandes, quizás no siempre buenas del todo, pero mejor eso que el inmovilismo de los que sin más "se columpian" por la vida. Besitos!!
Hola Kamechan!! Me alegra ver que el denostado cine español todavía es capaz de conmover a un público escaldado (no sin razón) manteniendo su sello de identidad. Un beso! Nos vemos!!