viernes, 23 de abril de 2010

La balsa


La superficie del agua estaba serena. Quieta. En calma. Era como algo sagrado y antes de tocarla vaciló por miedo a corromperla. ¡Ay, pero es tan grande la atracción que uno siente al verla! Se imagina suave, y en cambio sería difícil afirmarlo, pues se amolda a los dedos, abraza las yemas, las besa, las moja y se deja vencer para que podamos notar su resistencia, ahora domable, ahora salvaje. Callada y ruidosa. Salpica contenta. Se esfuma el misterio y aparece la vida. Era eso lo que tanto le atraía. 
Jugó con los dedos sobre la superficie de aquella balsa limpísima en la que el agua entraba y salía renovándose siempre, llevándose el calor de la piel y dejando la huella de su humedad en la mano.
Trazaba eses como si esperase que la magia surgiese y tras el cristal apareciese una imagen reveladora. Nunca pasó, pero la magia sí estaba allí, por eso repetía aquel ritual.
El primer contacto siempre tan suave. Luego el reconocimiento, eran viejos amigos. Por último la inmersión. Separaba los dedos y los introducía poco a poco desde las yemas hasta que por fin la piel se juntaba. En ese preciso momento terminaba la magia. Una cierta violencia al notar el dorso de la mano mojado, pero nunca paró ahí el movimiento. Si alguna vez lo hizo en el pasado, la acción había quedado inacabada y no se podía reemprender. El contacto primero que robaba el calor y que fundía la piel con el líquido no se repetiría ese día, ni quizás esa semana. Debía pasar un tiempo. Así el reencuentro y la visión de aquella superficie devolvería la nostalgia por ese tacto, de vida y de fuerza, frescura que alivia la sed, naturaleza libre, la energía fluyendo hasta la piel y de ahí al pecho. Tocar e inspirar profundamente. Liberar el peso del aire cansado. Reencontrarse. Lágrimas de alivio de la garganta a los ojos, cerrarlos, abrirlos y sonreir. Ésas eran sus tardes de verano. Luego nadaba un rato, el frescor del agua tensaba sus músculos y tersaba su piel, que calmaban en seguida los rayos del sol de la tarde cuando, feliz tras el encuentro, salía a secarse.

lunes, 19 de abril de 2010

Musiquita chula

Como hay todavía gente que no la conoce y a mí me parece que está guay, pues simplemente y sin entrar en descripciones (que ya sabéis cómo puede llegar a enrollarse servidora con los comentarios estilísticos...) os presento a los que todavía no tengáis el placer de conocerla a Florence and the machine.
Espero que os guste su disco "Lungs". Besos!!!

jueves, 8 de abril de 2010

Un mundo perfecto


Hoy estaba (quizás aún lo estoy) hecha mierda. Pero como Tita ha escrito en su post lo del positivismo, pues, hombre, me he puesto a pensar. Hay días en los que seguramente no estoy haciendo lo suficiente para estar todo lo bien que se podría estar, empezando por "hacer limpieza" y sacar fuera todo lo malo, porque, ¿sabéis qué? Si pones cosas buenas en una habitación pero no sacas la basura, sigue estando fea. Así que voy intentando sacar lo malo e intentando no perderme entre tanta cosa buena que me gustaría conseguir con tan pocos puntos para cambiar por premios. Entonces he pensado, venga, pues voy a ver una peli que me recomendó ayer o anteayer Kamechan y que hace tiempo quería verla. Más o menos sabía de qué iba así que he pensado que sería perfecta para hoy. "Cadena de favores". [Peligro, spoiler ]Y ná, aquí estoy contando esto porque se me ha salido la lagrimita de la esperanza con lo que dice el niño cuando dicen que su idea es utópica y los niños no saben de qué se trata esta palabra. Entonces dice: "... como "un mundo perfecto"? (Asiente el profesor)¿Y qué?" Pues eso, y qué! Que sí, que aquí estamos, joder! Que el mundo se puede venir abajo y pienso seguir soñando. Que deseo un mundo perfecto? Y qué? Y los habrá como en la clase del chaval: los que pensarán que es una estupidez y los que pensarán que es genial. Nadie ha dicho que las buenas ideas sean aceptadas por todos. Pero leñe, no queda otra, no? Hala, a vivir!

Y encima Mari, toda mona ella, me ha escrito pa alegrarme el día, además de haber por ahí un montón de personitas que hacen que se te ensanche el corazón. Qué no vale la pena vivir aunque sea por esas pequeñas cosas? Vosotros lo valéis (joer, ya estoy otra vez llorando, leñe!) Hala, me voy a seguir viendo la peli, que tanta sensiblería no se puede (snif) XD